El Bikram Yoga cambió mi vida. Ahora dedico mi vida a compartir los beneficios del Bikram Yoga con el resto del mundo. Entra, relájate y… ¡disfruta!
Hace un rato he dado mi última clase de Bikram Yoga por el momento y, por fin, estoy de vacaciones durante tres semanas. Creo que es la primera vez que me cojo tantos días de vacaciones desde que trabajo como profesor de yoga, no es un trabajo tan estresante como el que tenía antes, pero ya estaba deseando que llegara este día. He dado muchas clases últimamente y también me merezco un descanso, como todo el mundo. Así que mañana me voy a la playa unos días y, después, viajo a Camboya para desconectar completamente durante un tiempo.
Me encanta viajar a Asia y ya conozco muchos países de aquel continente. Lo que más me gusta es la gente, siempre con una sonrisa en los labios, aunque ni siquiera tenga un pedazo de pan que echarse a la boca. Hace dos años, después de recorrer Vietnam hice una primera incursión a Camboya para visitar los templos de Angkor, una maravilla que todo el mundo debería visitar. Entonces me cautivó el pueblo camboyano, que ha sabido conservar su dignidad y su sonrisa a pesar de haber vivido un auténtico infierno recientemente, bajo el tremendo régimen de los jemeres rojos.
Hace sólo unos días comencé a leer un libro que me recomendó mi hermana. Se llama precisamente «El infierno de los jemeres rojos» y es el testimonio de una superviviente, llamada Denise Affonço. Todavía no llevo mucho del libro, pero ya empiezo a sentir como muy cercana la gran tragedia que comenzó el 17 de abril de 1975, justo el día en el que yo cumplía ocho años. En ese día de mi cumpleaños tomaron el poder en Camboya los jemeres rojos, que en cinco años acabaron con la vida de casi dos millones de personas, una cuarta parte de la población del país.
No quiero ponerme triste porque estoy contento, comienzo mis vacaciones y voy a volver a visitar aquel maravilloso país. Cuando vea a hombres sin brazos o piernas, como los que ya vi hace dos años, sé que me sentiré más cerca de ellos porque conoceré mejor su historia. Una historia tremenda que vale la pena recordar, para que no se vuelva a repetir nunca más. Ya sabemos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y por desgracia tropieza una y otra vez, repitiendo los mismos errores a lo largo de la historia en todos los rincones del mundo.
Es evidente que desde el principio me atrajo de Asia la espiritualidad, aunque la primera vez que visité aquel continente ni siquiera había empezado a practicar yoga. Supongo que era cuestión de tiempo que, de tanto viajar a Oriente, me acabara atrapando por completo la filosofía oriental. Ahora voy a Asia por primera vez después de cambiar de vida y hacerme profesor de Bikram Yoga, por eso sé que disfrutaré de este viaje de forma muy especial. Porque sólo de pensarlo se dibuja una sonrisa en mi rostro, pero no quiero adelantar acontecimientos, ya os contaré a la vuelta.
Cuantísimo te envio en el buen sentido y tambien me siento identificada contigo,ya que soy una enamorada del Yoga y de Asia desde que era una niña,disfruta muchisimo de tu viaje a Camboya,ya estoy deseando leer el post a tu vuelta…Yo estoy preparando el mio a Japón^__^
Gracias Alba, disfruta de tu viaje a Japón, otro país maravilloso que ya conozco y al cual estoy deseando volver…
La verdad, estaré esperando ese o esos relatos…Ya me imaginaba hacia dónde partirías de vacaciones, y no me equivoqué. Esa foto de esas niñitas, ¡inolvidable!
Besos y feliz viaje.
Gracias Gabriela, estoy deseando volver a Asia, ya sabes tú cuánto me gusta viajar a ese exótico continente…
Empapate de sus gentes y paisajes y luego nos lo transmites en tus clases.Pasalo bien
Muchas gracias, Eduardo. Eso intento: pasarlo bien y aprender de esta gente para poder transmitirlo en mis clases. Espero ser capaz de hacerlo, aunque sea un poco… Salu2