¡Salud!

Al final me tocó, a mí también. Dicen que nos tocará a todos, antes o después. En realidad, la pandemia ya me había tocado de cerca, ya había perdido a varios seres queridos: familiares y amigos. Pero cuando sales del hospital, después de pasar varios días ingresado por neumonía, ves todo de manera diferente. Sabes que esto te ha cambiado para siempre.

No entiendo que todavía haya gente que no se tome en serio lo de este virus. Como si no lleváramos ya tantos meses con tantos enfermos y fallecidos en todo el mundo, y lo que nos queda por delante, que no será poco. Todos lo estamos viviendo y sufriendo de diferentes maneras, nos afecta en muchos aspectos, nadie lo puede negar. Por eso hay que ser conscientes si queremos salir adelante.

Las consecuencias económicas de esta crisis serán tremendas, ya lo están siendo. Sobre todo las pagaremos los de siempre, los de abajo, cada vez más empobrecidos. Por eso la gente habla de salvar la economía, pero esto no tiene sentido. De poco te sirve tener dinero si no tienes salud, de nada te servirá si pierdes la vida. Ahora lo veo claro, veo lo que es realmente importante: la salud es lo que importa, no hay nada más.

Cuida tu salud y cuida a los que cuidan la salud de todos. Hemos conseguido una Sanidad Pública ejemplar con muchos esfuerzos y ahora nos la quieren quitar, llevan años desmantelándola y ahora se ha visto la realidad. No podemos dejar que algunos quieran convertir nuestra salud en un negocio, que quieran sacar partido de lo más importante y valioso que tenemos. No podemos consentir que quieran seguir el camino de los Estados Unidos, donde si caes enfermo te arruinas de por vida.

Yo siempre he tratado de mantenerme alejado de médicos y hospitales, por eso la experiencia ha sido aún más intensa. Lo sigue siendo, porque tengo que seguir recuperándome poco a poco. Solo recuerdo la legión de sanitarios con su sonrisa perenne, maravillosos hombres y mujeres entregados a tope en esta causa. Debemos cuidarlos al máximo para que sigan ahí, recuerda que cualquier día te puede tocar a ti. Ahora solo quiero agradecer lo que hacen por todos nosotros y brindar con ellos, con optimismo, por el triunfo y el fin de todo esto. Por lo que nos dan, lo mejor que tenemos, mientras nos quede: ¡Salud!